martes, 22 de septiembre de 2009

Esperanza en la obscuridad

Cegadora de mis limitados ojos
inútil a tu llegada soy
percibo tu sombrío color
párpado abierto, párpado cerrado.

¡Cegadora! traes contigo a Hipnos, tu hijo
vástago, olor de amapola, que ocluye mi ojo
que yace en mi lecho, yace en mi cuerpo, yace en mi mente.

Ya de mañana, Eos les ahuyentará, acariciará mi faz.

Partirán; horas más tarde regresarán
y el desdeñable y odioso Helios me alumbrará
y tú, cegadora, llegaras junto a tu detestable hijo

Cegadora Diosa, no traigas mas a Hipnos
Cegadora Diosa, trae contigo a su gemelo
Cegadora Diosa, acompañate esta vez de Tánatos
Cegadora Diosa, no quiero más luz, pues me amarga la salobre sangre.

No hay comentarios: